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¿Y si mejor prohíben su producción? Sobre la prohibición a la venta de comida chatarra

Número 46, Año 7, agosto 2020


Agosto nos recibió con la noticia de que se prohibió la venta de alimentos chatarra a menores de edad en el estado de Oaxaca. ¿El motivo? La pandemia de sobrepeso y diabetes que sufren los mexicanos –misma que nos tiene ocupando el primer lugar en población obesa en el mundo- ha alcanzado a los niños. En nuestro país, más del 30% de los niños entre cinco y once años son obesos.

Ahora bien, a estas alturas del siglo XXI es conocimiento popular que ingerir comida chatarra engorda y enferma… pero ¿Cuál es exactamente la comida chatarra? Refrescos, postres y botanas ya gozan de mala fama, pero prácticamente TODA la comida que ha sido procesada industrialmente es alimento chatarra. Es decir, alimento que no contiene valor nutricional y que tiene un alto contenido de azúcar, grasa y sal. Tristemente, la gran mayoría de lo que se vende en cualquier comercio, sea tiendita de la esquina o cadena de supermercado, entra dentro de esta categoría. Incluso la comida que percibimos como sana o “light”, como el yogurt natural, las barras de granola, el jugo de frutas o la salsa de tomate.

Esta realidad fue retratada en 2014 por el actor australiano Damon Gameau, quien dirigió y protagonizó un documental sumamente entretenido en el que registra, con buena dosis de humor, el deterioro que sufren su salud, estado de animo y apariencia al cambiar su dieta de una alimentación sin azucares a comer durante sesenta días el equivalente a 40 cucharaditas de azúcar diarias, contenidas como azúcar añadida en alimentos procesados. Suena a una cantidad absurda ¿no? E inicialmente uno piensa que tendrá que atascarse de refrescos, galletas y papas, o comer todos los días en McDonald´s. Sin embargo, Damon consigue alcanzar fácilmente la cifra consumiendo únicamente alimentos etiquetados como saludables y bajos en grasa. Además de informativa la película tiene una edición dinámica y algunas escenas cómicas que rosan el absurdo, por si les interesa el tema y tienen tiempo les recomendamos que le echen un ojo (acá el link a la película con subtítulos en español: https://www.youtube.com/watch?v=347_eJqaAf8 ).

En cuanto a la prohibición oaxaqueña a la venta de comida chatarra, de momento aun no queda claro cuales serán los alimentos considerados dentro de esta medida. Pero, para resultar contundente, tendría que contemplar una larga lista, no solo las gaseosas, golosinas y frituras.

Aun así, lo cierto es que cuando se quiere impedir el consumo de un producto adictivo resulta más efectivo controlar su producción que dificultar su distribución. Y es que la comida chatarra no tiene nada que envidiarle a las drogas, el tabaco o al alcohol. La adicción que generan en nuestro organismo el consumo de azúcar, por ejemplo, es uno de los principales motivos por los cuales la población se resiste a abandonar la comida chatarra.

Hoy en día la producción industrial de alimentos conlleva un proceso de diseño que prioriza las cualidades adictivas de la comida y deja de lado sus características nutritivas. A todas luces se trata de un crimen cuyo propósito es garantizar la venta masiva de los productos, mismos que se asemejan más a un veneno que a un alimento.

¿Esto quiere decir que es imposible que se produzcan alimentos sanos de manera industrial? En absoluto. Sin embargo, bajo el sistema de dominación capitalista la única finalidad de cualquier producción es generar ganancia, por lo que –a menos de que el pueblo se haga de los medios de producción– la burguesía seguirá diseñando alimentos que nos vuelven adictos, gordos y enfermos.

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